El shikunichi es una curiosa práctica japonesa que, desde un punto de vista ambiental, resulta muy interesante comentar. Tiene que ver con la reparación de objetos cotidianos, desgastados por su uso, para poder seguir utilizándolos. ¿Nos suena? Si, una forma de promover la reutilización y, a la vez, otro de los tres erres, la reducción, ya que lo que reparamos para volver a utilizar reduce la necesidad de comprar un objeto o prenda nueva.
El shikunichi se inserta en la tradición del Budismo zen y tiene que ver con la adopción de un estilo de vida donde el cuidado de las cosas cobra mayor importancia que en la actual forma de vida moderna.
Shikunichi: días con cuatro y nueve
Los monjes budistas de los monasterios donde, desde tiempo inmemorial, se ha venido aplicando la práctica del shikunichi, realizaban estas acciones en los días del mes que incluyesen la cifra cuatro o nueve. La palabra shikunichi de hecho hace referencia a los días con esas cifras: 4 y 9, que a lo largo de un mes pueden ser también los días 14, 19, 24 y 29. Es decir, los hogares o lugares donde se practica el shikunichi cada cinco días reservan un pequeño espacio de tiempo para dedicarlo al mantenimiento de los enseres personales y colectivos.
La adopción de este estilo de vida más sostenible en relación a los objetos, que olvida el «usar y tirar» y otorga nuevo valor a cada uno de ellos, en la tradición budista trasciende también a los propios objetos. Y es que se supone que quien aprende a conservar durante más tiempo algo, en la medida en que no se obsesiona por tener un objeto o prenda nueva, sino que no le importa dedicar un tiempo a remendar, reparar o arreglar el viejo, aplicará ese aprendizaje a otras facetas de su vida.
No cambias solamente tu relación con los objetos, cambias tu relación con las personas y con el mundo que te rodea.