Científicos estudian como el «significado» de la vida condiciona el desarrollo físico, mental y cognitivo.
«Muchos piensan sobre el significado y el propósito en la vida desde una perspectiva filosófica, pero el significado de la vida está asociado con una mejor salud, bienestar y tal vez la longevidad». Quién así reflexiona, Dilip V. Jeste, decano asociado principal del Centro de Envejecimiento Saludable y distinguido profesor de psiquiatría y neurociencias en la Facultad de medicina de la Universidad de California en San Diego, es también autor principal del estudio publicado por el The Journal of Clinical Psychiatry. «Los que han encontrado un «sentido» a sus vidas son más felices y saludables que los que no lo tienen», sentencia Jeste.
Este estudio ha encontrado que la presencia de un significado en la vida está asociada con un mejor bienestar físico y mental, mientras que la búsqueda de significado en la vida puede estar asociada con un peor bienestar mental y funcionamiento cognitivo. «Cuando encuentras más sentido en la vida, te sientes más contento, mientras que si no tienes un propósito en la vida y lo estás buscando sin éxito, te sentirás mucho más estresado», dijo Jeste.
El impacto del «sentido» de la vida difiere entre adultos jóvenes y mayores de sesenta años
«Cuando eres joven, como en tus veinte, no estás seguro sobre tu carrera, sobre tu pareja o sobre quién eres como persona. Buscas un sentido en la vida», explica Jeste. «Cuando comienzas a llegar a los treinta, cuarenta y cincuenta años, tienes relaciones más sólidas, tal vez estás casado y tienes una familia y estás establecido en una carrera. La búsqueda disminuye y el significado en la vida aumenta». «Después de los 60 años, las cosas comienzan a cambiar. Las personas se retiran de su trabajo y comienzan a perder su identidad. Comienzan a desarrollar problemas de salud y algunos de sus amigos y familiares comienzan a desaparecer. Empiezan a buscar el sentido de la vida nuevamente porque el significado que alguna vez le dieron ha cambiado «.
Es decir, por tanto, los resultados muestran que la presencia de un sentido de la vida exhibe una relación invertida en forma de U, mientras que la búsqueda de significado en la vida muestra una relación en forma de U con la edad. Los investigadores encontraron pues que la edad de 60 años es cuando la presencia de significado en la vida alcanza su punto máximo y la búsqueda del significado de la vida está en su punto más bajo.
Nuestra «misión» en la vida es un tema cada vez de mayor interés médico
«El campo médico está comenzando a reconocer que el significado en la vida es un factor clínicamente relevante y potencialmente modificable, que puede ser dirigido a mejorar el bienestar y el funcionamiento de los pacientes», analiza Awais Aftab, primer autor del artículo y ex becario del Departamento de Psiquiatría de la UC San Diego. «Anticipamos que nuestros hallazgos servirán como bloques de construcción para el desarrollo de nuevas intervenciones para pacientes que buscan un propósito en sus vidas».
Este estudio transversal de tres años examinó datos de 1.042 adultos, de 21 a 100 años o más, que formaron parte de la Evaluación de Envejecimiento Exitoso (SAGE), un estudio de varias cohortes de residentes mayores que viven en el condado de San Diego. La presencia y la búsqueda de significado en la vida se evaluaron con entrevistas, incluido un cuestionario de significado en la vida en el que se pidió a los participantes que calificaran elementos como «Estoy buscando un propósito o misión para mi vida» y «He descubierto una vida satisfactoria».
Las líneas que el equipo de investigación se fija hacia el futuro no son sin duda menos interesantes, ya que esperan analizar áreas como la sabiduría, la soledad y la compasión, y cómo impactan en el significado de la vida. «También queremos examinar si algunos biomarcadores de estrés y envejecimiento están asociados con la búsqueda de un sentido de la vida. Es un momento emocionante en este campo, ya que estamos buscando descubrir respuestas basadas en evidencia a algunas de las preguntas más profundas de la vida».