De momento es uno de los mejores bosques de la Bahía de Cádiz…

Foto: Ecologistas en Acción

Ecologistas en Acción quiere evitar que se destruya para construír 1.260 viviendas.

En las últimas dos décadas el área de El Puerto de Santa María ha sufrido una fuerte deforestación. Ecologistas en Acción calcula que se han perdido más de dos millones de metros cuadrados de terrenos forestales. Ahora está en peligro uno de los bosques que queda el municipio.

El Rancho Linares es uno de los bosques de mayor biodiversidad y valor ecológico de la Bahía de Cádiz. Un magnífico bosque mediterráneo con una superficie de 25 hectáreas, en el que existe una variada gama de ecosistemas de alto valor ecológico, como pinares, retamares, acebuchales y pastizales, y una rica biodiversidad. Se han inventariado más de 200 especies de plantas, algunas catalogadas y protegidas. Además, da cobijo a un gran número de especies de aves y a una población de camaleones (Chamaeleo chamaeleon L.), especie protegida por la ley.

El Ayuntamiento acelera trámites

Ecologistas en Acción recuerda que también tiene un importante elemento del Patrimonio Histórico: el acueducto de la Piedad, obra realizada en el siglo XVIII para conducir el agua desde los manantiales de La Piedad hasta El Puerto de Santa María. En la zona que se pretende construir, es bien visible una de las lumbreras.

Ahora, el ayuntamiento de El Puerto estaría acelerando los trámites para que se inicie lo antes posible la urbanización de este bosque. Recientemente se ha aprobado su proyecto de urbanización. Ecologistas en Acción critica que el proyecto urbanístico está promovido por el Grupo Q, la misma empresa que ha vertido en una parcela de este bosque cientos de toneladas de escombros procedentes de la demolición parcial de la Residencia de Tiempo Libre de Cádiz.

Acciones legales para impedir que se construya

Frente a esta aprobación, Ecologistas en Acción anuncia que emprenderá todas las acciones legales necesarias para impedir que se construya esta urbanización en el Rancho Linares. En su exposición recuerdan que el proyecto se inició con una modificación fraudulenta del anterior PGOU aprobada en 2011, siendo alcalde Enrique Moresco.

Señalan que esta urbanización no se ha sometido la preceptiva Evaluación Ambiental Estratégica (EAE); la misma razón por la que se ha anulado el PGOU del municipio. Este trámite obliga a justificar la necesidad de la construcción de las 1.260 viviendas, analizar alternativas a su ubicación y evaluar su impacto sobre los recursos naturales y el patrimonio cultural, prestando especial atención al patrimonio natural, áreas sensibles, calidad atmosférica, de las aguas, del suelo y de la biota, así como al consumo de recursos naturales (necesidades de agua, energía, suelo…) y al modelo de movilidad/accesibilidad funcional.

Subrayan desde el colectivo que nada de esto se ha hecho y que es claro que esta urbanización está alejada del casco urbano, con lo que se promociona un urbanismo expansivo y deslavazado.

Las movilizaciones ya redujeron el impacto inicial

Destacan desde Ecologistas en Acción que el proyecto inicial incluía la urbanización prácticamente total del bosque y que las alegaciones, denuncias y movilizaciones consigiueron que el PGOU aprobado en 2012 redujese la urbanización a la mitad de la zona, preservándose la mayor parte del pinar y retamar colindante con la travesía de la antigua N-IV. La otra mitad, que conforma un magnífico bosque de acebuches, quedaría totalmente destruida con la urbanización.