Campaña de presión para evitar la desaparición de abejas y otros insectos y frenar el grave colapso hacia el que caminamos.
El objetivo es recoger un millón de firmas desde ahora mismo y hasta septiembre de 2020 en el marco de una ambiciosa Iniciativa Ciudadana Europea (ICE). En ello colaborarán 90 organizaciones de 17 países de la Unión Europea, entre otras, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción. La reclamación fundamental es eliminar gradualmente los plaguicidas sintéticos para 2035, apoyar a los agricultores y salvar a los insectos.
De forma concreta esta solicita a la Comisión Europea que presente propuestas legislativas para:
1. Eliminar gradualmente los plaguicidas sintéticos para el año 2035: eliminando gradualmente los plaguicidas sintéticos en la agricultura de la UE en un 80 % para 2030, empezando por los más peligrosos, para llegar a estar 100% libres de plaguicidas sintéticos para 2035.
2. Restaurar la biodiversidad: restaurando los ecosistemas naturales de las zonas agrícolas para que la agricultura se convierta en un vector de recuperación de la biodiversidad.
3. Apoyar a los agricultores en la transición: reformando la agricultura dando prioridad a la agricultura a pequeña escala, diversa y sostenible, apoyando un rápido aumento de las prácticas agroecológicas y orgánicas, y permitiendo la investigación y la formación independientes de los agricultores sobre la agricultura libre de plaguicidas y de OMG (organismos modificados genéticamente).
Salvar a las abejas es imprescindible
«¡Nos estamos reuniendo en toda la Unión Europea para pedir una agricultura apta para las abejas en beneficio de los agricultores, la salud y el medio ambiente! Con nuestra Iniciativa Ciudadana Europea, pedimos a la Comisión Europea que apoye un modelo agrícola que permita que los agricultores y la biodiversidad prosperen en armonía». Así lo defiende la iniciativa «Save the bees and the farmers»
Los insectos, y especialmente los insectos polinizadores, son indispensables para preservar nuestros ecosistemas y la biodiversidad. Hasta un tercio de nuestra producción de alimentos y dos tercios de nuestras frutas y verduras diarias dependen de la polinización de las abejas y otros insectos. Pero pese a ello los insectos están amenazados por la constante contaminación por plaguicidas y la pérdida de hábitat debido a la agricultura industrial.
Organizaciones ecologistas y científicos sostienen que esta tendencia está estrechamente relacionada con la expulsión del sistema agrícola de los pequeños agricultores. Cuatro millones de pequeñas explotaciones han cerrado entre 2005 y 2016 y es dramático ver como estos números han ido ligados al declive de la vida silvestre. Al tiempo, se imponía un modelo de producción agrícola basado en monocultivos a gran escala y uso de plaguicidas sintéticos. Los colectivos sostienen que la UE está financiando ese cambio de modelo, privilegiando una agropolítica agresiva que arrincona y suprime la agricultura de pequeña escala más respetuosa con el medio ambiente. Y precisamente por eso, las instituciones de la UE pueden y deber ser la herramienta transformadora que permita cambiar esa tendencia.
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