
A principios de 2019 apicultores brasileños alertaron de la pérdida de más de 500 millones de abejas melíferas en sólo tres meses. Según pudieron observar los profesionales, las abejas no abandonaban sus colmenas para desaparecer, sino que directamente caían muertas. Y todas las evidencias dirigen a un culpable directo: los pesticidas.
Según informaba la prensa brasileña, recogiendo las investigaciones de las asociaciones brasileñas de apicultura y estudios de varias universidades, los más afectados eran cuatro estados: Rio Grande do Sul, São Paulo, Santa Catarina y Mato Grosso do Sul. En cada uno de ellos se calculó la muerte de 400, 7, 50 y 45 millones de abejas respectivamente, es decir, algo más de 500 millones de abejas en total muertas en un lapso de pocas semanas.
LA INVESTIGACIÓN señala un PESTICIDA en concreto: el fipronil
Las investigaciones apuntan a la clara responsabilidad de los pesticidas en esta elevada mortalidad. El análisis realizado en el estado de Santa Catarina es revelador. Esta zona es de hecho la mayor productora de miel en Brasil y la mayoría estaba hasta ahora certificada como orgánica. El estudio indica que las abejas murieron en esa área envenenadas por agrotóxicos y señala uno en concreto: el insecticida fipronil. El fipronil es masivamente usado en las plantaciones de soja de la región. La sustancia ha sido ya prohibida en países con Uruguay o Sudáfrica precisamente después de comprobarse que provocaba la muerte de las abejas.
Algunos dedos apuntan al gobierno Bolsonaro como responsable indirecto de la muerte de abejas
Desde inicios de año y coincidiendo con el nuevo gobierno presidido por Jair Bolsonaro, en Brasil se ha aprobado el uso de casi 300 nuevos productos plaguicidas. Todos además por vía legislativa rápida. Entre estos se encuentran muchos que están prohibidos o cuyo uso está estrictamente regulado en otros países. Como hemos mencionado antes, se ha probado en varias ocasiones su extrema toxicidad con las abejas. Pero el nuevo ejecutivo de ultraderecha ha presionado para la introducción de estas sustancias. Esto, unido a la relajación de normas forestales y debilitamiento de leyes ambientales, junto con la ola de incendios reciente, ha puesto su grano de arena para generar un entorno letal para las abejas.
Las abejas son clave para el planeta
La abeja melífera doméstica es la especie que mejor conocemos y la primera que se nos viene a la mente cuando pensamos en abejas. Pero en la Tierra, las abejas melíferas domésticas son sólo una parte de la superfamilia de abejas. En nuestro planeta se estima que el número total de especies de abejas supera las 20.000, más que todas las aves y mamíferos del mundo juntos.
Muchas especies de abejas realizan la labor esencial de polinizar los cultivos y las plantas nativas de los ecosistemas, desde los bosques tropicales hasta las praderas de montaña. Las abejas silvestres son vulnerables a las mismas amenazas químicas que las abejas. Por lo que los investigadores advierten que cuando las colmenas domésticas comienzan a desaparecer, esta desaparición indica que un problema mucho más amplio está sucediendo en la naturaleza. El declive de las abejas es una catástrofe que se puede prevenir y nosotros podemos tomar medidas ya y actuar.