Ni siquiera en plena pandemia los gobiernos promueven un «alto el fuego» mundial

Mary, Mangaten IDP Camp, South Sudan – ‘Peace will give us our home back’ («La paz nos traerá de vuelta nuestro hogar») / Foto: Robert Fogarty – Oxfam

Oxfam Intermón analiza el elevado negocio de compraventa de armas entre países y a estados asolados por los conflictos.

Tan solo en el último año, el gasto militar de la comunidad internacional alcanzó 1,9 billones de dólares. Esta cifra podría haber cubierto el llamamiento de las Naciones Unidas para responder a la crisis del coronavirus más de 280 veces. Las abrumadoras cifras las ha hecho públicas a comienzos de mayo de 2020 el colectivo Oxfam Intermón, al hilo de su nuevo informe El conflicto en tiempos del coronavirus.

La asociación resume los múltiples actos de agresión y de combate por parte de diversos actores en varios países asolados por los conflictos desde que comenzó la pandemia por coronavirus. La organización denuncia que las armas continúan llegando a las zonas de conflicto, lo que se suma a años de poca inversión en esfuerzos para consolidar la paz.

Haciendo negocio con el dolor en plena alerta sanitaria

Oxfam Intermón reprocha a la comunidad internacional que no se haya dado ningún paso al no lograr alcanzar el alto el fuego mundial necesario para que los países en conflicto (y el mundo en general) puedan detener la propagación del coronavirus y salvar millones de vidas.

De hecho, apenas ha trascendido el fracaso diplomático del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que el viernes 8 de mayo de 2020 vio como Estados Unidos bloqueaba la votación de una resolución para impulsar un alto el fuego mundial. La propuesta llegaba directamente del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

«Esperábamos el liderazgo del Consejo, así como de muchos de los países que dicen apoyar el alto el fuego, pero que sin embargo siguen participando activamente en los conflictos de todo el mundo, llevando a cabo operaciones militares, vendiendo armas y apoyando a terceros», ha lamentado el director ejecutivo interino de Oxfam, José María Vera.

La guerra y la violencia continúan pese a la pandemia

El informe de Oxfam recoge como en plena pandemia la multinacional británica BAE Systems envió un avión de carga a Arabia Saudí a finales de abril, o como Rusia ha recibido pedidos por adelantado de tanques blindados de oruga que ya puso a prueba en Siria. También señala que Francia sigue alimentando la guerra en Yemen con la venta de armas a Arabia Saudí, recuerda que Alemania autorizó en abril la venta de un submarino a Egipto o como durante el mes de abril Canadá rescindió su suspensión de exportación de armas a Arabia Saudí.

Algunos de los casos de grave conflicto destacados en el informe El conflicto en tiempos del coronavirus de Oxfam Intermón incluyen los siguientes:

  • En la República Centroafricana, los grupos armados han roto el alto el fuego en medio de una oleada de violencia, a pesar de que 14 grupos armados firmaron un acuerdo de paz con el Gobierno en febrero de 2019.
  • En Myanmar, el ejército ha rechazado llamamientos tanto de carácter nacional como internacional para un alto el fuego completo mientras los enfrentamientos en el estado de Rakhine han aumentado, con frecuentes ataques aéreos y bombardeos en zonas habitadas. En Rakhine, cientos de miles de personas desplazadas viven en refugios superpoblados con un acceso a la atención médica extremadamente limitado.
  • Arabia Saudí anunció un alto el fuego unilateral durante dos semanas en Yemen a partir del 9 de abril, que luego amplió a un mes, aunque todas las partes del conflicto han continuado con los enfrentamientos. Apenas la mitad de las instalaciones médicas de Yemen sigue funcionando y este año ha habido más de 100.000 casos no confirmados de cólera.
  • En Colombia, el grupo armado rebelde ELN ha declarado un alto el fuego, al que no se han sumado ni el Gobierno ni otros grupos armados.
  • En Afganistán, las negociaciones de paz previstas para marzo se han aplazado y los talibanes rechazan un alto el fuego si no hay reciprocidad del gobierno.
  • En Burkina Faso, la situación de violencia actual hace prácticamente imposible que la población pueda acceder a artículos y servicios esenciales como el agua, los alimentos y la asistencia médica. Las medidas adoptadas para prevenir la propagación del virus han dificultado aún más su acceso.
  • En Sudán del Sur, los donantes han detenido parte de la financiación para los esfuerzos de consolidación de la paz, priorizando así la respuesta al coronavirus por encima de todo lo demás.