Desde 2013 se creía formalmente que ya no existía, pero revelan los primeros avistamientos en treinta años del también llamado pantera nebulosa o pantera nublada.
La pantera nebulosa de Formosa o leopardo nublado de Formosa (Neofelis nebulosa brachyura) habitaba la Isla de Taiwán (antiguamente conocida como Isla de Formosa, de ahí su denominación). Durante todo el siglo pasado, nadie que no fuera miembro de la población aborigen de la zona había visto un ejemplar, con una única excepción a comienzos del siglo XX, el antropólogo japonés Torii Ryūzō. A lo largo de casi veinte años, un equipo internacional de zoólogos exploró la zona para tratar de dar con un ejemplar de esta esquiva especie. Pero todas las expediciones realizadas entre los años 1983 y 2001 fracasaron. Posteriormente, y ante la falta de novedades sobre su existencia, en 2013 se estableció oficialmente que el leopardo de Formosa se había extinguido.
La «desaparición» de esta especie ha durado hasta comienzos de este año 2019, cuando guardabosques de la zona de Alangyi documentaron lo que indudablemente tenía que ser una de estas panteras nublada, cazando cabras en una zona rocosa. Se cree que han podido resistir gracias a la Reserva Natural de la Montaña Tawu, una amplia área protegida que, no obstante, no queda fuera de los objetivos de algunos furtivos.
De hecho, el prestigioso ecólogo taiwanés Liu Chiung-hsi ha revelado a medios locales que, en investigaciones de campo en la zona, algunos cazadores le habían ya confesado la existencia de este animal. Los cazadores admitieron haber abatido algún ejemplar de leopardo nublado de Formosa, y aseguraron que habían quemado posteriormente el cuerpo de los animales, sabedores de que habían cometido un grave delito y con el objetivo de ocultar las pruebas.