«La espontaneidad y la diversidad de movimientos a la música no son únicamente humanos»
Así se titula el interesantísimo artículo que acaban de firmar en la revista Current Biology los investigadores R. Joanne Jao Keehn, John R. Iversen, Irena Schulz y Aniruddh D. Patel. Y lo sorprendente es el hilo a partir del que han tirado para llegar a las conclusiones que exponen ya desde el propio título de su estudio. Snowball, la cacatúa que hace ya más de diez años se hizo famosa a través de Youtube por su divertida afición a bailar las diferentes piezas de pop y rock que escuchaba. Snowball ha pasado ya de la veintena, una senecta edad para un animal de sus características, Cacatua galerita eleonora, pero no pierde la afición por la música.
Es universal: La música «agita» los cuerpos
El movimiento espontáneo hacia la música ocurre en todas las culturas humanas y es la base de la danza. Esta respuesta a la música está ausente en la mayoría de las especies (incluidos los monos). «Sin embargo, ocurre en los loros, tal vez porque (como los humanos y, a diferencia de los monos) son aprendices vocales cuyos cerebros contienen fuertes conexiones auditivas-motoras, que confieren sofisticadas habilidades de procesamiento audiomotor«, señalan.
Investigaciones anteriores han demostrado que los loros pueden mover sus cabezas o levantar sus pies en sincronía con un ritmo musical. Pero los humanos se mueven a la música con una amplia variedad de movimientos y partes del cuerpo. El estudio se fija en Snowball, observando que responde a la música con movimientos espontáneos notablemente diversos que emplean una variedad de partes del cuerpo. En base a eso, sugieren por qué los animales de esta especie comparten esta respuesta con los humanos.
El caso es si cabe más interesante por la evolución respecto al primer estudio de que fue objeto Snowball. Posteriormente, Irene Schulz, dueña de Snowball y coautora de la investigación, advirtió que Snowball estaba ensayando nuevos movimientos. Por tanto, estaba en lo que ella definió como «un período de exploración«. Curiosamente, en este período, nuestra cacatúa bailonga priorizaba la innovación por encima de la precisión. Es decir, le importaba menos ajustarse con exactitud al ritmo. Lo que parecía gustarle era explorar nuevas posibilidades.
Cinco factores para explicarlo
A modo de conclusión, los investigadores apuntan que el movimiento espontáneo y diverso a la música surge cuando cinco rasgos convergen:
A) aprendizaje vocal complejo,
B) la capacidad de imitación del movimiento no verbal,
C) una tendencia a formar vínculos sociales a largo plazo,
D) la capacidad de aprender secuencias complejas de acciones, y
E) atención a los movimientos comunicativos.
Las cacatúas son inusuales al compartir todos estos rasgos con los humanos, lo que podría explicar por qué, hasta la fecha, solo los humanos y los loros muestran bailes de música espontáneos y diversos.
Movimientos que puedes aprender con Snowball 😉
Vogue. Learn all 14 (and 2 composite movements) in @CurrentBiology at https://t.co/y0a3b246jN (3/3) pic.twitter.com/VfqWMNvfMu
— Cell Press (@CellPressNews) 8 de julio de 2019