Una ridícula y cruel moda ha sido denunciada por activistas ambientales en China. Se trata de la venta de animales como tortugas, salamandras y peces en pequeñas bolsas plásticas selladas que son vendidas como llaveros de recuerdo. Los animales capturados sólo tienen una cantidad diminuta de agua para poder sobrevivir. Las bolsas son pequeñas cárceles que también contienen una diminuta cantidad de oxígeno cristalizado y otros nutrientes.
En diversos lugares se ha documentado esta venta a turistas, a los que ofrecen estas diminutas mascotas «encarceladas» que vivirán apenas un par de meses en el mejor de los casos. Los animales acaban muriendo envenenados en sus propias deposiciones dentro de los minúsculos receptáculos. Los aberrantes llaveros se han visto a la venta por menos de un euro tanto el el metro como en las estaciones de tren chinas. Desde la ONG Capital Animal Welfare Association han lamentado que bajo la actual legislación estos llaveros son incluso legales. Según denuncian, lejos de cortar el plástico para liberarlo, muchas personas guardan los llaveros hasta que el animal muere, y luego los tiran. En la red se han promovido varias peticiones para acabar con esta práctica, alguna de las cuales ya ha sobrepasado el millón de firmas.