Decepción en la clausura de una COP 25 «secuestrada» por los países más contaminantes

Chimenea contaminante de factoría emitiendo humo denso a la atmósfera
Imagen: Patrick Hendry – Unsplash

Ajenos al clamor social, los grandes contaminadores y los lobbies de los combustibles fósiles imponen su criterio en la cumbre de la ONU.

La llamada «Cumbre de la Ambición» ha finalizado en Madrid y, vistos los resultados, el mayor logro podría ser haber llevado durante tantos días a primer plano toda una serie de debates fundamentales para el futuro de la humanidad. Aunque finalmente las delegaciones internacionales no han estado a la altura y han fracaso en responder al clamor social, está claro que a nivel internacional se ha producido un punto de inflexión y la emergencia climática ha entrado de lleno en las preocupaciones sociales y en el debate.

«Lamentamos la irresponsabilidad histórica de los países que han tratado de bloquear y secuestrar la COP25 una vez más, a pesar del clamor de la sociedad en todo el mundo», ha declarado Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España. Se refiere Olmo a las posiciones inflexibles mantenidas por los grandes países contaminantes como Estados Unidos, China, India, Japón, Brasil y Arabia Saudí, entre otros, eludiendo su responsabilidad de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

En el mismo sentido, la directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, ha afirmado que los gobiernos «deben replantearse totalmente cómo han actuado, porque el final de esta COP es totalmente inaceptable«. Opina Morgan que lo que se proyectaba como una COP técnica ha resultado finalmente una COP política. «Hemos visto cómo operan los grupos de presión de los sectores más contaminantes que torpedean las negociaciones, así como la profunda desconfianza de la juventud hacia la clase política. Necesitábamos una decisión que respondiera a la juventud, tuviera a la ciencia como su luz de guía, reconociera la urgencia y declarara una emergencia climática. En vez de eso, bloqueadores climáticos como Brasil y Arabia Saudita, habilitados por una presidencia chilena irresponsablemente débil, se han dedicado a vender su modelo de tráfico de emisiones y se han llevado por delante las advertencias científicas y los gritos de la sociedad civil», lamenta la portavoz de Greenpeace.

Los gobiernos «se tapan los oídos» frente a las demandas sociales por la crisis climática

«El mundo grita emergencia y los gobiernos se tapan los oídos», sentenciaba este domingo Ecologistas en Acción como conclusión al cierre de la COP25. Recuerdan que para esta cita climática de Madrid había tres claves principales a afrontar a las que no se ha respondido satisfactoriamente, y que eran la definición de un calendario de presentación de nuevos compromisos, el proceso para ajustar los compromisos en la próxima cumbre, y una señal por parte de la Presidencia de la necesidad de aumentar la reducción de las emisiones y de sacar adelante la financiación.

En la misma línea, Amigos de la Tierra lamenta que se cierre la COP más larga de las veinticinco celebradas hasta ahora con un acuerdo insuficiente «y sin perspectivas de una mejoría de los compromisos de reducción de emisiones». Señalan que el texto, lejos de constituirse como un punto de inflexión para situar la temperatura global del planeta por debajo del 1,5°C, «nos aboca a los 3°C, dejando un gran trabajo para la COP26 en Glasgow, y poco tiempo para actuar».

Negativa es también la evaluación de SEO/BirdLife que indica que «el momento ha pasado y desgraciadamente no se han conseguido los resultados esperados». SEO/BirdLife esperaba que fuera el punto de inflexión para pasar a la acción y se avanzará en los imprescindibles compromisos con la reducción de las emisiones y la financiación climática bajo el Acuerdo de París, pero sin embargo, tal y como lamenta Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, «los resultados reflejan una importante brecha entre la voz de la calle y de la ciencia. El compromiso de mínimos alcanzado aplaza la urgencia, la ambición y la financiación necesarias».

Balance del resultado punto a punto de las negociaciones de la COP25

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Análisis: Ecologistas en Acción

A continuación se enumeran los aspectos más importantes que se traían a la COP25 Chile-Madrid y se hace un balance de cada uno de ellos.

Ambición

Lo que se esperaba de esta COP es que las Partes asumieran un compromiso firme y claro con objetivos concretos para alcanzar la meta de cero emisiones netas en 2050. Esto debía materializarse con el compromiso de que cada Parte, sobre todo las más contaminantes, publicaran sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), con tiempo suficiente para que pudieran ser analizadas antes de la próxima cita de la COP, prevista para diciembre de 2020 en Glasgow.

El resultado de las negociaciones, sin embargo, dista mucho de haber alcanzado estos objetivos. A día de hoy no hay una hoja de ruta, cada Parte podrá presentar sus NDC a lo largo de 2020 sin garantizar que esto sea antes de la cumbre de Glasgow. Este escenario hará muy difícil que el panel de científicos realice el informe previo a la cumbre de Glasgow necesario para forzar a que los países cumplan con el objetivo de mantener el incremento de la temperatura global por debajo de 1,5 ºC.

Artículo 6

El Artículo 6 ha sido uno de los escollos más difíciles de abordar en esta cumbre. Este artículo pretende regular los mercados de carbono a nivel planetario y los mecanismos de desarrollo limpio. Para Ecologistas en Acción, la aprobación de este artículo no era una buena noticia porque estos mecanismos ya han demostrado efectos negativos tanto a nivel climático como social. Los mercados de carbono consisten en dar la posibilidad a las empresas de que, una vez superadas las emisiones que les son asignadas, puedan comprar derechos a otras empresas. Esto daría ventaja a las grandes empresas, que debido a su mayor poder económico, accederían preferentemente a estos mercados y podrían provocar el cierre de otras actividades más necesarias en la transición ecológica.

Por otro lado, los Mecanismos de Desarrollo limpio permiten el descuento de gases de efecto invernadero de las contabilidades de las empresas mediante proyectos de compensación en otros países. Estos mecanismos ya demostraron en su pasado ser herramienta de vulneración de derechos humanos y ambientales, especialmente en pueblos indígenas.

Por tanto, el hecho de que la COP25 no haya logrado sacar adelante este artículo es, para Ecologistas en Acción, una oportunidad para seguir presionando de cara a que estos mecanismos no se pongan en marcha. También para exigir que, en caso de llevarse a cabo, tendría que hacerse salvaguardando los derechos humanos e incorporando mecanismos para evitar vulneraciones sociales y ambientales.

Plan de Acción de Género

El Plan de Acción de Género (PAG) fue aprobado por primera vez en 2017 durante la COP23 y abarcaba cinco áreas de acción prioritarias, con actividades estratégicas planificadas para un período de dos años. En esta cumbre resultaba imperante que se aprobara de nuevo este plan, que ha sido un motor clave para el progreso y la acción de las políticas climáticas que tienen en cuenta las cuestiones de género.

A pesar de las dificultades puestas por algunos países, y con ayuda de la presión de las organizaciones sociales, el PGA se ha aceptado para los próximos cinco años, incorporando además los textos más problemáticos que tenían que ver con los derechos humanos y las transiciones justas.

No obstante, la Women Gender Constituency (plataforma que aglutina a las organizaciones sociales que trabajan temas de género en el marco de la COP) ha afirmado que “Incorporar los derechos humanos solo en el Plan de Acción de Género no es suficiente, tiene que incorporarse en todos los documentos porque siempre que se vulneran los derechos humanos, se ataca la equidad de género”.

Fondo Verde para el Clima

Uno de las cuestiones fundamentales para la alcanzar un correcto desarrollo del Acuerdo de París es dotar de una financiación correcta y suficiente para muchos países. Gran parte de estos fondos venían acordados desde antes de la redacción definitiva del acuerdo, pero la COP25 ha sido incapaz de garantizar que el fondo de 100.000 millones de dólares esté completado antes de su entrada en funcionamiento. Del mismo modo, las exigencias de países más ricos como EE UU de no reconocer su deuda histórica supone una enorme injusticia hacia muchos países, que además de sufrir la explotación de sus recursos por estas mismas naciones, ven como la comunidad internacional les niega las herramientas que necesitan para afrontar las peores consecuencias del cambio climático.

Financiación ‘pérdidas y daños’ (WIM)

Esta herramienta aprobada en la COP19 en Varsovia se concibe como el mecanismo utilizado para abordar las peores consecuencias del cambio climático, es decir, cuando los ecosistemas desaparecerán ante su incapacidad de adaptarse. Como nos han recordado muchos países durante esta cumbre, el mundo ya está viendo cómo se producen estas pérdidas de vidas humanas y hogares. Las lluvias torrenciales y las inundaciones en países como Bangladesh o Filipinas, las duras sequías que afrontan el Chad o Níger, o las terribles consecuencias de los incendios forestales, deberían haber impulsado a la COP25 a tomar cuantas medidas fuesen necesarias.

En este sentido se hace necesario establecer un mecanismo de provisión de fondos al WIM para proporcionar financiamiento nuevo y adicional para abordar las pérdidas y daños. Deberían incluir fuentes de financiamiento nuevas e innovadoras que puedan realmente generar recursos adicionales (tales como gravámenes sobre el transporte aéreo y marítimo e impuestos por daños climáticos a la exploración de combustibles fósiles) a una escala de al menos 50 mil millones para 2022.

Según lo acordado en la COP25, el Fondo Verde por el Clima que no ha alcanzado la financiación requerida, incluirá además financiación para pérdidas y daños. Sin embargo, será necesario desarrollar antes en los próximos años el procedimiento para que esta financiación sea efectiva. Por eso, se puede concluir que , a pesar del entusiasmo mostrado en la aprobación de los reglamentos sobre el WIM, no hay una financiación propia y concreta para afrontar las peores consecuencias del cambio climático, algo que se esperaba de esta Cumbre del Clima.

Transporte aéreo, transporte marítimo y agricultura

El papel de la agricultura en el cambio climático ha quedado fuera de las negociaciones de este año, a pesar de la importancia que tiene este sector para muchas de las economías mundiales y para el equilibrio de los ecosistemas. El llamado mecanismo de Koronivia, que debería aunar esfuerzos de todas las partes para considerar el papel de la agricultura el la lucha contra el cambio climático, es retrasado y parece difícil que pueda ponerse en marcha desde el principio de aplicación del Acuerdo de París.

Por otro lado, y por cuarta vez, no se ha conseguido llegar a un acuerdo sobre cómo controlar las emisiones del transporte marítimo y aéreo, los únicos sectores que carecen de objetivos de reducción de emisiones. Esto a pesar de que la aviación es, con diferencia, el modo de transporte con más emisiones por pasajero y que las emisiones del transporte marítimo europeo alcanzarian las 139 millones de toneladas.