La ausencia de compromisos y la alarma sanitaria postergan la COP26 y el debate climático

Logotipo de Glasgow COP26
El planeta no espera, pero la propuesta de soluciones para la crisis climática que amenaza la vida planetaria tendrá que esperar.

No es un secreto que los diversos foros internacionales para afrontar la crisis climática han venido decepcionando uno tras otro. Luego de la COP25 celebrada en Madrid, sin compromisos claros en sus conclusiones, el proceso hacia la COP26, a celebrar en noviembre de 2020 en Glasgow, no apuntaba mejor. Y la emergencia sanitaria debido a la Covid-19 ha acabado por echar por tierra siquiera la posibilidad de reunir a los representantes internacionales para el debate. La Convención Marco de las Naciones Unidas y el gobierno de Reino Unido anunciaron a comienzos de este abril de 2020 que la cumbre se aplazará.

«La respuesta a la crisis del Covid-19 debe ser resiliente para nuestra salud y para el clima. El objetivo de los gobiernos ahora es cuidar a su ciudadanía, estabilizar y reconstruir, y deben hacerlo de una manera en que generemos un mundo justo y seguro para el clima, porque la salud ambiental y nuestro propio bienestar son interdependientes. La suspensión de la COP26 debería hacer que los gobiernos dupliquen sus esfuerzos para garantizar una ruta verde y justa en la gestión de esta crisis de salud y la emergencia climática. Volver a hacer lo de siempre cuando pase la emergencia sanitaria sería completamente inaceptable: esta pandemia muestra que hay grandes lecciones que aprender sobre la importancia de escuchar a la ciencia y la necesidad de una acción global colectiva urgente», ha declarado al respecto Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International.

No debe olvidarse el nexo de la pandemia con la emergencia ambiental

«De haberse agilizado la toma de decisiones en las cumbres anteriores, la comunidad internacional habría estado en mejores condiciones de afrontar los efectos del coronavirus sin dilatar la acción climática y la entrada en funcionamiento del Acuerdo de París a mediados del año que viene», opina al respecto Javier Andaluz, responsable de Clima y Energía de Ecologistas en Acción.

Desde este colectivo recuerdan que la crisis por la Covid-19 no debiera ser excusa para obviar la crisis ambiental o relajar los, ya de por si, insuficientes y débiles compromisos internacionales. «La crisis del coronavirus nos muestra que no tomar medidas a tiempo tiene un alto coste, un aprendizaje que debería ser escuchado en las negociaciones climáticas que siguen dominadas por la inacción».

En el mismo sentido se pronuncian desde Amigos de la Tierra. La asociación considera que el difícil momento que vivimos como sociedad no debe ser excusa para olvidar la lucha frente a la crisis climática. Subrayan que la coyuntura es compatible con adoptar urgentes medidas que aceleren la respuesta a la emergencia climática. «Es el momento de dar un giro a las políticas y centrarlas en la justicia social y ambiental, para dar respuesta tanto a la crisis sanitaria como a la crisis ecológica y social, todas ellas relacionadas», sostienen.