La alta incidencia de casos de cáncer en una zona al oeste de Turquía llevó al propio Ministerio de Salud a encargar en su momento un estudio para determinar si existía relación entre esto y la toxicidad de suelo, agua y alimentos. Durante cinco años un equipo de científicos lo investigó, y las conclusiones fueron claras. En agua y alimentos se descubrieron niveles extremadamente altos de pesticidas, metales pesados e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Además, en varias zonas habitadas los vecinos estaban consumiendo agua contaminada con altos niveles de plomo, arsénico, cromo o aluminio.
Con datos muy claros recopilados durante cuatro años, en 2015 en una reunión con representantes del gobierno los científicos solicitaron la actuación urgente para corregir la situación. Pese a la gravedad de lo expuesto, la información se mantuvo oculta y tres años después el Ministerio no había movido un dedo. Alarmado por esta inacción, el investigador Bülent Şık decidió revelar por cuenta propia lo que estaba pasando. Lejos de ser atendidas sus reclamaciones, fue acusado de «revelación de información confidencial en el desempeño de una función». Ahora afronta una posible condena de entre cinco y doce años de prisión.
Represaliado también por sus opiniones políticas
Según informa Amnistía Internacional, Bülent Şık ya no contaba con el apoyo del actual ejecutivo turco. Pese a su prestigio como investigador, había perdido su puesto universitario en 2016 por firmar un manifiesto solicitando la paz entre las fuerzas turcas y los militantes kurdos en el sureste de Turquía. En esa época, decenas de otros científicos turcos fueron despedidos de sus trabajos, procesadoso cumplieron condena en la cárcel en una ofensiva contra la disidencia que siguió a un intento de golpe fallido en 2016.
«Lo que es bastante sorprendente en este caso es que el Ministerio de Salud no argumentó que lo que Bülent Şık publicó no era cierto», dice Milena Buyum, activista turca de Amnistía Internacional en Londres. Bülent Şık hizo públicos los datos del informe en el periódico Cumhuriyet , publicación de Estambul objetivo también de la represión oficial por sus posiciones críticas. De hecho, su propio hermano fue un conocido periodista de investigación de este mismo medio, y también encarcelado por sus críticas al gobierno, según denuncia Amnistía.