La población de anchoa colapsó en la década de los 2000 en el Golfo de Vizcaya, llevando a decretarse el cierre de la pesquería entre los años 2005 y 2010. Ahora, según indican los expertos, ha vuelto a altos niveles. El Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer) ha anunciado que el estudio realizado en el marco de un proyecto europeo al respecto, muestra que en principio no habría un impacto negativo debido al calentamiento del agua en la abundancia de anchoas durante las próximas décadas.
«Esta abundancia de anchoas se explica por una producción anterior de plancton debido al agua más cálida», explica Martin Huret, investigador del Ifremer. «Las anchoas se beneficiarían de esta comida antes al final del invierno». Por otro lado, el plancton podría ser menos abundante y de diferente composición, lo que podría influir en el tamaño de los peces. Y es que los científicos han encontrado una significativa reducción en el tamaño medio de las anchoas y las sardinas, tanto en la mencionada área del Golfo de Vizcaya como en el Mediterráneo, durante la última década.
Según los estudios del Ifremer la edad media de estos peces también ha disminuído, siendo raro ahora encontrar ejemplares de edad avanzada. Esto se debería a una mortalidad temprana de los adultos después de su reproducción. Si habitualmente se reproducían cuando rondaban un tamaño medio de unos 13 centímetros, hoy en día se ha encontrado que el ciclo reproductivo se produce en ejemplares de entre 9 y 10 centímetros. Al mismo tiempo, el peso de estas especies se ha reducido en casi un tercio. Descartados otros factores, todo apunta a que el factor deteminante en esta tendencia es el calentamiento global.