«Manuel Lago Martínez “Chiquito”, Guarda Forestal del ICONA, fue muerto a tiros en Muniellos, en Cangas del Narcea, por unos furtivos, en agosto 1.980. Los que le conocían hablan de él de que era un gran profesional, y que no le tenía miedo a nada». Es una de las últimas historias relatadas en la web de la Asociación de ayuda a huérfanos de Agentes Forestales y Medioambientales (AMINTA).
Desde su espacio web homenajean a los múltiples pofesionales que entregaron sus vidas en la defensa del medio ambiente.
Como el caso de Riba de Saelices (Guadalajara) en julio de 2005. Un incendio que, recordemos, se originó por una barbacoa en el merendero cercano a la Cueva de Casares el día anterior. Los responsables habían sido advertidos por un agente medioambiental que les pidió que la apagasen. El colosal incendio que se desató causó el fallecimiento de once personas que trabajaban en su extinción el 17 de julio de 2005: la dotación de una autobomba, Jesús Ángel Juberías Navarro de 42 años, y Mercedes Vives Parra de 43 años; los siete integrantes del retén de Cogolludo, Julio Ramos Ballano de 28 años, José Rodenas Parra de 52, Manuel Manteca Hernández de 23, Luis Solano Montesino de 35, Marcos Martínez García de 24, Jorge César Martínez Villaverde de 24 y Sergio Casado Iritia de 22; y 2 agentes medioambientales, Pedro Almansilla Fuero de 52 años, casado y con dos hijos, y Alberto Cemillán Jadraque de 37 años, casado y con dos hijos también.