40 millones de euros para rellenos de playas que en pocos años engullirá el mar

Miembros de Ecologistas en Acción en defensa del litoral de la Comunidad Valenciana
Miembros del colectivo en una acción anterior en defensa del litoral Imagen: Ecologistas en Acción

Critican el proyecto de regeneración de varios arenales valencianos por ser caro, con mucho impacto ambiental y apenas efectivo.

«(….) las actuaciones propuestas básicamente ralentizarán o paralizarán, pero siempre de forma temporal, la erosión litoral causada por la dinámica de las corrientes marinas, con la seguridad de que a corto o medio plazo será necesario realizar nuevamente operaciones similares». Paradójicamente, esta argumentación se encuentra en el documento de consultas previas firmado por el propio Servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Dirección General de Medio Natural de la Generalitat Valenciana. Un texto emitido apenas en noviembre de 2018 y que subraya la limitada efectividad de las acciones previstas.

Se trata de los llamados proyectos de regeneración de las playas del Saler y del tramo de costa entre el puerto de Dénia y la desembocadura del río Girona. E implican el uso de 3 millones de metros cúbicos de arena y la construcción de una serie de espigones perpendiculares a la costa. Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a estas iniciativas y solicita su retirada. El motivo: su gran impacto social y ambiental. Experiencias similares en otros puntos de la costa han demostrado que estas actuaciones «no regeneran las playas y no tienen garantía de durabilidad, y sí que transformarían el litoral y el fondo marino, con un gran impacto social y ambiental».

En opinión de los ambientalistas se trata de un gasto de más de 40 millones de euros «que a los pocos años acabará diluyéndose en el mar». Y además, supondrá un «perjuicio grave para nuestro sector pesquero más sostenible», amenazando la desaparición de la base de el ecosistema marino de la pesca del litoral.

Extracciones de arena submarina que afectarán gravemente hábitats

La arena proviene de un yacimiento submarino situado a unos 10 km de la costa valenciana, ante el LIC y ZEPA de la Albufera de Valencia, con una extensión de 26 km2 y una profundidad entre 60 y 80 m.

El principal impacto directo es el dragado de la primera capa de sedimento, que es donde se alberga la fauna que sirve de alimento a peces y crustáceos de interés pesquero. Esto, según estudios internacionales, puede afectar de manera permanente o muy duradera la pesca que se hace en esta zona. Además, las actuaciones pueden afectar hábitats y especies de interés como lo son las praderas de Posidonia oceánica y la anguila, especie en peligro de extinción.

Un problema causado por erróneas decisiones anteriores

Los ecologistas de Valencia y Alicante recuerdan que históricamente la línea de playa iba ganando terreno al mar. Las causas que hoy día impiden la sedimentación natural y la recuperación del terreno después de los temporales es la artificialización de la costa, con la construcción de diques y presas y la detracción de todos los caudales ambientales en los ríos. También la urbanización de los cordones dunares y la construcción de puertos, paseos marítimos y espigones.

Por ello proponen cambiar la estrategia en la lucha contra la erosión eliminando las actuaciones artificiales e incluyendo medidas que detengan el problema en origen, como la renaturalización del litoral, que permitirá que la costa se adapte a los cambios originados por cambio climático.